Cayó al suelo una cosa exquisita, una cosa pequeña que podía destruir todos los equilibrios, derribando primero la línea de un pequeño dominó, y luego de un gran dominó, y luego de un gigantesco dominó, a lo largo de los años, a través del tiempo. La mente de Eckels giró sobre si misma. La mariposa no podía cambiar las cosas. Matar una mariposa no podía ser tan importante. ¿Podía? (El ruido de un trueno - Ray Bradbury)

La realidad

* El texto fue quedando medio crudo. Como fue saliendo, lo comparto.

La realidad es eso que te pasa todos los días. Eso que, aunque no veas, te pasa. Nos pasa. A veces te pasa por al lado, otras veces te golpea. Otras veces, muchas, golpea a otros.

A veces nos importa, muchas otras no. A veces nos indigna, a veces nos inspira, muchas otras veces son solo cosas que pasan. Que nos pasan. Que les pasa. Y es así, aunque no lo veas.

Es así y esa realidad que pasa, tan ajena y lejana, a otros, también te pasa a vos. Aunque no lo veas, aunque no lo creas, es tu indiferencia, tu acción o tu omisión lo que hace que esa realidad, te guste o no, suceda.

Como la playa, que está formada por millones de granos de arena, esa realidad, la que percibes y la que decides ignorar, está formada por millones de acciones u omisiones, tuyas y de los demás. A cada paso, en cada minuto, en cada cosa que hacemos o dejamos de hacer, forjamos esa realidad, decidiendo.

Es que, por más personal e individual que nos pueda parecer nuestra decisión, involucramos a otros, muchos o pocos. Y otros, nos involucran a nosotros.

Una acción puede tener resonancias y repercusiones que no podemos ver, siquiera imaginar. Una omisión también.

Y vos pensabas que la realidad sólo pasaba. Te pasaba.

Y la realidad, eso de todos los días, de cada día, en cada momento, es el emergente de todo lo que hacemos y omitimos. De todo lo que los demás hacen u omiten. De todo lo que entre todos ignoramos, no vemos o no queremos ver.

Esa brecha entre la realidad que queremos y la que nos golpea, esa brecha es la que depende de nosotros. De nuestras acciones y de nuestras omisiones.

Es así y siempre lo será.